Se trata de una capa protectora que se llama bolsa primordial.
Está ubicada en el abdomen, cerca de las patas traseras, y aunque parece flacidez (como si el gatito hubiese estado gordo y se le hubiera quedado un exceso de piel colgando), en realidad son perfectamente normales y saludables.
Todos los gatos tienen bolsas primordiales, pero varían mucho en tamaño; algunas son casi indetectables.
¿Por qué las tienen? Hay tres teorías principales:
- La primera es que protege los órganos internos en hipotéticas peleas, al agregar una capa extra entre las garras o dientes y el interior del felino.
- Una segunda teoría es que la bolsa permite que los gatos se muevan más rápido. Se estira mientras los felinos corren, lo que les da una flexibilidad adicional y la capacidad de ir más lejos con cada salto, cualidades que pueden ayudarlos a evitar a los depredadores o atrapar presas.
- Otra posibilidad es que la bolsa sea un espacio adicional para almacenar alimentos después de una gran comida. En la naturaleza, los gatos no reciben dos comidas completas al día; comen cuando pueden y pueden almacenar grasa de una gran matanza en su bolsa para sustento días después.
Las bolsas primordiales no son exclusivas de los gastos domésticos, pues grandes felinos como leones o tigres también las desarrollan.
No obstante, es importante distinguir en el caso de tu mascota si tiene una bolsa primordial grande o sobrepeso.
Si tienes que presionar con fuerza para sentir las costillas de tu minino probablemente tenga sobrepeso. Ante cualquier duda, consulta con un veterinario.